En un contexto de competitividad, los operadores de telefonía móvil se ven inmersos en una batalla publicitaria sobre quién da más - si es que no lo da todo - al consumidor. Se observa entonces, que unos ofrecen más minutos, otros más mensajes, estos más megas de navegación y aquellos bajos precios en equipos, considerándose también las ofertas complejas o múltiples que llevan de todo un poco. Sin embargo este catalogo de seductores beneficios, le ha faltado mencionar los famosos dúos, tríos cuartetos, quintetos, sextetos, etc, etc.
No es novedad para el consumidor que el costo de comunicación crece cuando los operadores de telefonía móvil son distintos (competidores). En consecuencia, le conviene al consumidor que sus contactos habituales y/o grupo social sean del mismo operador para ahorrar en costos - lo deseable-; pero, si a esto le agregamos que por un lapso nada despreciable (séis meses hasta un año) podrá comunicarse ilimitadamente o a un irrisorio costo, con esas personas, el negocio esta cerrado y todos ganan.
Empero, he aquí el dilema. El operador telefónico al momento de pedirle al consumidor que registre sus dúos(1) sólo exige que estos sean del mismo operador - obviamente-. En otras palabras, no pide señalar si se conoce de quienes son los números, sus nombres, tipo de relación, mucho menos si media un grado de afinidad o consanguinidad o tan siquiera de donde se le conoce a la persona con la que se quiere "duar". Absolutamente nada. De esta manera cualquier sujeto que sepa el número telefónico de otro, puede registrarlo como dúo y tener "salida libre" al mismo por un lapso temporal muy alargado. No es necesario ser muy ingenioso para inferir cuales serían los supuestos gravosos(2) a la persona titular del número telefónico,a quien no le consultaron si quería aceptar tal vinculación comunicativa, o tan siquiera se le informe al respecto y pueda tomar las precauciones del caso.
